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5 errores comunes al traducirte tu propio texto (y cómo evitarlos)

  • 14 feb
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 9 mar

A primera vista, traducir un texto puede parecer sencillo. Después de todo, se trata de encontrar palabras equivalentes en otro idioma, ¿verdad? Sin embargo, cualquiera que haya intentado traducir más que unas pocas frases sabe que, a medida que avanzas, el proceso se vuelve mucho más complicado de lo que parece. Al traducir por cuenta propia, especialmente si el idioma de destino no es el idioma materno, es fácil caer en ciertos errores que pueden afectar seriamente la calidad y el sentido del texto.


Aquí te presentamos los cinco errores más comunes que suelen cometerse al traducir un texto propio y, lo más importante, cómo evitarlos.


Hombre usando ordenador


#1. Abusar de la literalidad, literalmente


Uno de los errores más comunes es traducir el texto literalmente, palabra por palabra, como si los idiomas fueran simples códigos intercambiables. Esto suele dar como resultado frases que no suenan naturales e incluso pueden llegar a ser incomprensibles. Cada idioma tiene su propio ritmo, estructuras y modos de expresar ideas, por lo que intentar hacer una "traducción espejo" puede afectar negativamente la calidad.


En lugar de centrarte en cada palabra individual, es mejor enfocarte en el mensaje global de la oración y adaptarlo al idioma de destino, incluso si eso significa reestructurar la frase completamente. De esta forma, te aseguras de que el lector entienda el sentido completo de lo que intentas comunicar.


#2. Ignorar el contexto cultural: Laputa.


A menudo, cuando traducimos por cuenta propia, es fácil pasar por alto el contexto cultural y mantener expresiones o referencias que podrían no tener sentido o resultar poco naturales en el idioma de destino. Imagina que estás traduciendo un eslogan publicitario: lo que funciona en una cultura puede no tener el mismo impacto en otra. Dejar las referencias sin adaptar o utilizar frases que carecen de sentido en el otro idioma puede llevar a malentendidos o incluso hacer que el mensaje se pierda por completo (ejemplo: Laputa).


Para evitar esto, es fundamental investigar cómo se interpretan ciertos términos en la cultura de destino y considerar la posibilidad de reemplazarlos con expresiones locales o adaptarlas según el contexto cultural.


#3. Los falsos amigos son traicioneros


Los falsos amigos son palabras que se parecen mucho entre dos idiomas pero cuyo significado es completamente distinto. Este es un problema habitual en traducciones entre español e inglés. Por ejemplo, en inglés, la palabra "actual" significa "real" o "verdadero", mientras que en español se refiere a algo "actual" o "del presente". Estos falsos amigos pueden llevar a traducciones confusas o incluso completamente erróneas.


Si quieres evitarlos, es recomendable que tengas un buen conocimiento de las palabras que son similares en ambos idiomas pero que no comparten significado. Puedes investigar y hacer una lista de los falsos amigos más comunes para asegurarte de no caer en esta trampa tan habitual.


#4. La estructura gramatical es fundamental


Cada idioma tiene su propia gramática y sus propias estructuras. Un error frecuente al traducir por cuenta propia es mantener el orden de las palabras del idioma original, lo que resulta en frases que pueden sonar forzadas o simplemente incorrectas. Por ejemplo, en inglés es común que el sujeto aparezca antes que el verbo en una oración, mientras que en español el orden de palabras es más flexible. Si mantienes la estructura del español en una traducción al inglés, el resultado puede sonar antinatural.


Para evitar esto, asegúrate de entender las reglas gramaticales y estructurales del idioma de destino, y no tengas miedo de reorganizar la frase si es necesario para que suene fluida y natural.


#5. Si no conoces a tu público, "mucha mierda" al traducir.


Otro error común es pasar por alto el tono y estilo del texto original, o simplemente no adaptarlo al público objetivo en la traducción. Por ejemplo, un texto formal en español puede sonar demasiado directo en inglés si no se adapta adecuadamente. Es importante recordar que la traducción no es solo un proceso técnico, sino también una cuestión de estilo y adecuación.


Antes de comenzar, identifica quién es el lector y cuál es el propósito del texto. Si el texto original es muy formal, busca mantener ese mismo nivel de formalidad en la traducción, pero adaptado a lo que el idioma de destino considera apropiado. Si es más coloquial, entonces ajusta el tono de acuerdo a las expectativas del lector.


Cómo evitar la tragedia


Traducir un texto va mucho más allá de simplemente conocer otro idioma. Es una labor que requiere sensibilidad cultural, atención al detalle y una comprensión profunda del propósito del texto. Evitar los errores mencionados aquí puede parecer sencillo, pero en la práctica exige una mezcla de experiencia y conocimiento que no siempre es fácil de lograr por cuenta propia. Si lo que necesitas es una traducción de calidad que mantenga la intención, el tono y la precisión del original, considera contar con profesionales de confianza.


Cuando te arriesgas a traducir tu propio texto sin la debida preparación, estás poniendo en juego no solo el mensaje, sino la impresión que darás al lector. ¿Por qué correr ese riesgo? Optar por una traducción profesional es asegurarte de que el esfuerzo invertido en tu contenido no se pierda en el proceso, sino que llegue intacto y bien adaptado al idioma de destino. Al final, una buena traducción es una inversión en la claridad, reputación y éxito de tu mensaje.


Nosotros contamos con los mejores servicios de traducción adaptados a tus necesidades, asegurando que el resultado final sea de la más alta calidad. Si tienes un proyecto que requiere una traducción precisa y veloz, no dudes en contactarnos.

 
 
 

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